«Canaris es víctima en España del olvido intencionado que envuelve a todo lo que tenga que ver con el destacado papel del régimen franquista en pro de las potencias del Eje». Charla con David Casado, el autor de «Canaris. El espía y confidente de Franco»

Una entrevista de Federico Romero Díaz para Divulgadores de la Historia.

David Casado Rabanal (Madrid, 1954) es periodista y divulgador histórico. Es miembro de la Asociación de la Prensa de Madrid, la Sociedad Geográfica Española, la Asociación de Escritores Extremeños, la Asamblea Amistosa Literaria de Novelda y de Divulgadores de la Historia. En su haber, además de su último libro «Canaris. El espía y confidente de Franco» cuenta con otros tres títulos: “Resistencias numantinas. Los antecedentes más indómitos del pueblo español”; “Vísperas de sangre y otros relatos sombríos”; y «La marina ilustrada. Sueño y ambición de la España del XVIII»

¿Porqué un libro sobre Canaris? ¿Existe un vacío en la historiografía en castellano?

Hace tiempo que me interesaba conocer e indagar en la figura del almirante y maestro de espías, pero, para mi sorpresa, toda la bibliografía que encontré disponible era obra de autores extranjeros y tampoco abundan las traducciones al español de estos libros. Entre nosotros, además de las novelas de género en las que puede aparecer, son muy pocos los historiadores que hablan de su persona y del importante papel que representó en las relaciones hispano-germanas a lo largo de casi treinta años, desde 1916, cuando estuvo destinado en España por primera vez, hasta casi el final de la Segunda Guerra Mundial. Cierto que Canaris aparece mencionado en las Memorias de Ramón Serrano Suñer y, en la actualidad, en las obras de algunos historiadores como el profesor Manuel Ros Agudo, quien explica que Canaris es víctima en España del olvido intencionado que envuelve a todo lo que tenga que ver con el destacado papel del régimen franquista en pro de las potencias del Eje.

Resulta obvio además que, tratándose de un hombre ligado a los servicios de inteligencia, todo lo que concierne a su persona está envuelto en un halo de secretismo y misterio, porque la mayoría de los archivos de la Abwehr (la Defensa) ─el servicio secreto de la Wehrmacht que él dirigió─, fueron destruidos a propósito por las Schutzstaffel (SS), dependientesdel Sicherheitsdienst ─el máximo órgano de seguridad del III Reich─, incluidos los «Diarios» del almirante. La información que nos ha llegado sobre Canaris tiene mucho más que ver con las pruebas que se presentaron a su favor en los juicios de Núremberg y las memorias de aquellos que lo trataron en vida o se relacionaron con él.

A diferencia de otros servicios de inteligencia, germanos o no, nunca aceptó la práctica de la tortura ni del asesinato político, tal y como hicieron la Gestapo y el Sicherheitsdienst SD (Policía política y Servicio de Seguridad del Estado), e incluso protegió a los conspiradores antinazis.

El gran público conoce a Wilhlem Franz Canaris por su participación en la Segunda Guerra Mundial sin embargo, también fue un militar de la Marina Imperial del Káiser que participó también de modo muy activo y con gran brillantez en la Primera Guerra Mundial. ¿Cuál fue su papel en ese conflicto y su trayectoria durante el periodo de entreguerras?

Durante la Gran Guerra sirvió primero como oficial en el crucero SMS Dresden, participando en algunas batallas navales contra los británicos como la de la bahía de Coronel, que fue un triunfo para la flota del vicealmirante Maximilian Graf von Spee, antes de resultar derrotada en la batalla de Las Malvinas. Tas su apresamiento en Chile y su posterior fuga de la pequeña isla de Quiriquina, Canaris obtuvo su primera fama dentro de la Kaiserliche Marine, pero será gracias a sus dotes para la diplomacia, el dominio de idiomas y el servicio de inteligencia los que terminada la guerra acaben catapultándole en su carrera militar. Aún así, no olvidemos que también estuvo en España a lo largo de 1916-1917 y que obtuvo su segunda Cruz de Hierro al mando de un submarino con el que echo a pique varias presas.

Y restablecida la paz, Canaris va a destacar, precisamente, en estas tareas de diplomacia e inteligencia, que le traen de nuevo a España como asesor de su Embajada y representante de las industrias de armamento alemanas. Contribuyendo, por ejemplo, a la fabricación del primer modelo de U-Boot en los astilleros gaditanos del armador Horacio Echevarrieta, además de crear las bases de su red de espías que tan buenos servicios prestarán a Berlín y el régimen franquista a partir de 1936.

Canaris llegó a estar muy bien relacionado con los militares, empresarios y financieros españoles. Algunos de la talla de Juan March o el mencionado Horacio Echevarrieta. Llegó incluso a entrar en el círculo de confianza del propio rey Alfonso XIII, quien lo estimó hasta el punto de considerarlo como su agregado naval oficioso.

Canaris y España. ¿Cuál es el origen de la relación entre este marino y nuestro país?¿Porqué es uno de los militares extranjeros más condecorados en España?

R.- Debido a las cláusulas restrictivas del Tratado de Versalles impuestas a los alemanes, las industrias de defensa y sus militares buscaron la forma de burlarlas, fabricando sus productos fuera de Alemania. En este aspecto, nuestro país, inmerso en la guerra de Marruecos, sirvió para la expansión comercial de las firmas alemanas, tanto en productos como en servicios, y Canaris llegó a estar muy bien relacionado con los militares, empresarios y financieros españoles. Algunos de la talla de Juan March o el mencionado Horacio Echevarrieta. Llegó incluso a entrar en el círculo de confianza del propio rey Alfonso XIII, quien lo estimó hasta el punto de considerarlo como su agregado naval oficioso. De ahí que durante la dictadura primorriverista, a Canaris le concedieran algunas condecoraciones, medallas y distinciones, tal y como aparecen en el Archivo Militar de Ávila.

Canaris no sólo sirvió de enlace para construir ese primer submarino, sino que también intervino en la llegada a España en 1923 del químico austríaco Hugo Stoltzenberg ─colaborador de Fritz Haber, el padre de las armas químicas─, quien puso en marcha y dirigió la nueva Fábrica Nacional de Productos Químicos, instalada en la localidad madrileña de La Marañosa, y en la que se fabricó el gas mostaza empleado en la guerra del Rif. Igualmente, suscribió acuerdos con el coronel Kindelán para el entrenamiento de los pilotos alemanes a cargo de la incipiente aviación española, aprovechando el conflicto de Marruecos.  

Sabemos que Canaris cuando se convirtió en director de la Abwehr, esta no era todavía el potente servicio de espionaje y contraespionaje que sirvió al ejército alemán. El almirante reorganizó todo el servicio convirtiéndolo en una potente herramienta para el III Reich. ¿Estuvo realmente a la misma altura que los servicios británicos o estadounidenses de inteligencia?

Sin duda alguna, la Abwehr fue el Servicio de Inteligencia Militar más notable de Alemania, y resultó tan eficaz para la Wehrmacht ─el conjunto de las fuerzas de tierra, mar y aire (1935-1945)─ como leal a los valores que el almirante le inculcó. A diferencia de otros servicios de inteligencia, germanos o no, nunca aceptó la práctica de la tortura ni del asesinato político, tal y como hicieron la Gestapo y el Sicherheitsdienst SD (Policía política y Servicio de Seguridad del Estado), e incluso protegió a los conspiradores antinazis. Escudándose en la singularidad de ser la única organización germana exenta del crudo principio de las leyes de arialización del III Reich, la Abwehr pudo salvar así a numerosos judíos e intervino para rescatar a otras muchas personas de los escuadrones de ejecución de las Schutzstaffel SS, tanto en los frentes de guerra como en la retaguardia. Pero, además, Canaris extendió los tentáculos de su red de espionaje por medio mundo, creando una organización de inteligencia espectacular para su época, la más competente en el espionaje contra el Kremlin. La Abwehr reunió la mejor y más completa información respecto a las actividades y el potencial bélico de la URSS, y la filtró al SIS-MI6 británico. Por ello, la Rusia soviética supuso un ámbito de cooperación de británicos y norteamericanos con los alemanes a lo largo de toda la guerra, puesto que los aliados siempre desconfiaron de Stalin.  

Y además de los rivales extranjeros,  dentro del propio régimen nazi, ¿Cuáles fueron los enemigos más peligrosos de Canaris?

Creo que su vida cambió para siempre cuando se hizo cargo de la Abwehr el 1 de enero de 1935, relevando al capitán de navío, Conrad Patzig, acosado este por las ambiciones del Sturmbannführer de las SS, Reinhard Heydrich, mano derecha de Himmler y máximo responsable del Sicherheitsdienst (SD), la Gestapo y la seguridad del Estado. Tras las purgas y matanzas de la Noche de los Cuchillos largos (30 de junio al 1 de julio de 1934), Patzig había perdido todos sus apoyos y los militares necesitaban a un hombre capaz de entenderse y medirse con Heydrich. Ese era el comandante Canaris, quien había tenido a Heydrich a sus órdenes cuando este era un cadete de la Reichmarine y le había iniciado en las labores de inteligencia, por lo que Heydrich le admiraba y respetaba antes de convertirse en su rival y uno de sus mayores enemigos. Tras el atentado de Praga que acabó con su vida, Himmler y Kaltenbrunner ocuparon el lugar de Heydrich. 

¿Hubo realmente una relación de amistad entre Canaris y España en general y con Franco en particular?

Canaris tomó contacto con el mundo hispano en México y Sudamérica, quedando prendado del idioma español y la rica cultura hispanoamericana. Luego conoció España y acabó amando nuestro país, hasta el punto de elegirlo como su segunda patria. A raíz de la sublevación contra la Segunda República estrechó sus lazos con los militares del bando nacional y se ganó la confianza y amistad del general Franco, al que él mismo había elegido como único interlocutor válido de los golpistas y receptor de la ayuda militar y financiera proporcionada por su país, de acuerdo con su homólogo italiano, el general Mario Roatta. A través de los años de la Guerra Civil ese vínculo se fortaleció, y el almirante se convirtió en una gran ayuda para Franco de cara a sus demandas con Berlín, convirtiéndose en su mejor confidente. Por lo demás, yo siempre he dudado que Franco fuera capaz de tener amigos, porque estaba enfebrecido por el poder y rodeado de aduladores, a la vez que se situaba por encima de todos sus correligionarios. 

Retrato del almirante Canaris.

Parece que fue un acérrimo anticomunista y un fervoroso nacionalista alemán. Sabemos que acogió con alegría el advenimiento al poder del nacional-socialismo de Hitler en Alemania. El propio régimen  le favoreció con honores y altos puestos militares. ¿Cuándo y por qué se desencanta Canaris del nazismo y decide unirse al complot para acabar con la vida de Hitler?

Ante todo, Canaris fue un marino y un patriota alemán, además de un hombre de derechas, monárquico y conservador, de acuerdo con su origen y educación familiar. Pero también fue un humanista que odiaba la violencia. La personalidad del almirante es más compleja y polifacética de lo que podría pensarse para un militar de la Alemania nazi. Leyendo a sus biógrafos, pienso que fue un hombre cosmopolita por su educación y procedencia de la alta burguesía, imbuido en los valores ilustrados y que siguiendo la máxima de Kant, pensaba que el hombre es un fin en sí mismo y no un medio para los fines de los demás. Él odiaba el autoritarismo, que nunca ejerció con sus subordinados, y defendió el internacionalismo y el entendimiento entre las naciones, a pesar de sufrir durante su vida la dos guerras mundiales. Tal vez su ideario principal fue defender la libertad del individuo y su independencia, por encima de cualquier adscripción religiosa, política o nacional. Él abogaba por no aferrarse (zu klammern, en alemán) a nada que impidiera esa completa libertad de pensamiento y conducta. Por eso odiaba el comunismo y acabó distanciándose del opresivo régimen nazi y del propio Hitler, pese a recibirlo al principio con esperanza tras el derrumbe de la República de Weimar. Pero cuando se convenció de que el Führer y el Partido Nazi llevaban a su país a la ruina, utilizó el enorme poder de su organización para conspirar contra el régimen y tratar de apoyar a la oposición.

Así se reveló en sus Diarios y por eso lo condenaron a muerte. Pero no actúo de forma directa, sino dando cobertura a los generales y aristócratas que la diseñaron, en especial a los generales Friedrich Olbricht y Henning von Tresckow. Este intento de magnicidio resultó el más contundente y el mejor preparado, y si la bomba que llevó el coronel Claus von Stauffenberg hubiera estallado en uno de los sótanos del búnker de la Guarida del Lobo, en lugar del barracón de madera del arquitecto Albert Sperr ─entonces ministro de Armamento y Producción de Guerra─, en donde se celebró la reunión con el Führer, el canciller y todos los convocados hubieran muerto sin más remedio. Al final, recordemos que fueron más de siete mil personas las implicadas, incluyendo al mariscal Erwin Rommel, quien por ello tuvo que suicidarse, al igual que Tresckow.

¿Qué es lo que debemos recordar, ya sea bueno o malo de Wilhelm Franz Canaris?

En nuestro caso, el gran protagonismo que tuvo en las relaciones hispano-alemanas a lo largo de casi treinta años, y su papel determinante, primero en el apoyo alemán a los militares sublevados y, más adelante, contribuyendo a que España se mantuviera neutral o no beligerante en el conflicto europeo, facilitando a Franco los argumentos y el conocimiento necesarios para hacer fracasar la reunión de Hendaya con Hitler. Esto evitó el ataque alemán a Gibraltar y que los británicos fueran arrojados del Mediterráneo, algo que habría tenido enormes consecuencias para el desarrollo de la guerra y la supervivencia del Imperio británico.

¿Algún nuevo proyecto en perspectiva?

Después de cada libro necesito reponerme y disfrutar de la familia y los amigos, antes de abordar un nuevo proyecto. Por lo demás, tengo que seguir colaborando con la revista de Muy Historia y abordar la promoción del libro, por lo menos hasta enlazar con la Feria del Libro de Madrid.

Pues muchas gracias por tu tiempo, ha sido un autentico placer hablar contigo, te deseamos mucho éxito David.

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