La historia no sólo es un mecanismo para conocernos mejor a nosotros mismos, sino para conocer nuestras raíces y esencias, para formarnos incluso mejor como personas, a la par que también funciona como motor de desarrollo económico
Una entrevista de Federico Romero Díaz para Divulgadores de la Historia.
Daniel Gómez Aragonés además de ser uno de los miembros de Divulgadores de la Historia es licenciado en Humanidades, posee la Suficiencia Investigadora y el Diploma de Estudios Avanzados (DEA) en el área de Historia gracias a un trabajo sobre el visigotismo en la Toledo de la Edad Moderna. En el año 2018 fue nombrado Académico Correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo.
Ha colaborado con distintos medios de comunicación y participado en múltiples programas de radio como La Escóbula de la Brújula (Podium Podcast-Cadena SER), Espacio en Blanco (RNE) o SER Historia (Cadena SER), entre otros. Asimismo, ha publicado «La invasión bizantina de Hispania 533-625. El Reino Visigodo frente a la expansión imperial», «El esplendor del Reino Visigodo de Toledo, Vouillé, 507», «El nacimiento del Regnum Gothorum de España», «Historia de los Visigodos», en La Esfera de los Libros, «Bárbaros en Hispania. Suevos, Vándalos y Alanos en la lucha contra Roma» y ahora su nueva y flamante obra » Toledo. Biografía de la ciudad sagrada»
En la actualidad, compagina su actividad divulgativa con la realización de rutas y visitas guiadas en Toledo y Madrid, impartiendo conferencias, clases, y ejerciendo como bibliotecario.
Bueno antes que nada agradecerte tu tiempo, para Divulgadores de la Historia es una alegría que uno de los mayores expertos en divulgar la Tardo- antigüedad hispana pertenezca a nuestra plataforma y nos permita compartir con nuestros seguidores esta charla.
¿Cuándo y debido a qué surge en Daniel Gómez la necesidad de aprender primero y divulgar después sobre nuestro pasado más «bárbaro», es decir sobre suevos, vándalos, alanos y sobre todo godos?
¡Buena pregunta!, en verdad desde muy pequeño siempre he tenido muchísimo interés por la historia, pero cuando creces y empiezas la carrera siempre piensas en un campo concreto de especialización y es donde el «gusanillo» godo, permíteme la expresión, fue picándome. A eso hay que sumarle el hecho de estar en Toledo, más la lectura de libros de dos inmensos maestros a nivel mundial en la materia: Luis A. García Moreno y José Orlandis, este último ya fallecido, y Juan Antonio Cebrián, también fallecido, el cual fue un gran divulgador, además de antiguo director de La Rosa de los Vientos y autor de la Aventura de los Godos.
Todos estos ingredientes compusieron el coctel ideal que me llevó a interesarme por el estudio de nuestros bárbaros además de a la práctica de la divulgación. No entiendo el estudio sin la divulgación. Es algo que va más allá del trabajo, es pura y autentica pasión.
Toledo aparece frecuentemente en tus obras. ¿Por qué es necesaria una biografía sobre la historia-vida de esta ciudad y porqué debemos verla y sentirla como nuestra Jerusalén, nuestra Roma?
No puedo negar que siento una gran pasión por la ciudad de Toledo, por su historia y por su simbolismo. En este sentido es necesario decir que «Toledo. Biografía de la ciudad sagrada» nace a petición de la editorial La Esfera de los Libros, en concreto por el editor y buen amigo Félix Gil. Hay un libro de Simón Sebag Montefiore titulado «Jerusalén, la biografía» y de alguna manera se quería trasladar esa idea, pero en España y la ciudad que mejor encajaba en ese esquema era indudablemente Toledo. Así, nos lanzamos a escribir esta obra y puedo decir que ha sido un auténtico placer escribirla y dar «toques especiales» como que cada capítulo tenga su propio marco legendario, dar muchísima importancia al valor simbólico y, sobre todo, incidir en la cuestión del concepto de “nuestra Jerusalén, nuestra Roma” refiriéndome al sentido tanto político como religioso. Si tuviésemos que llevar a alguien de fuera a una ciudad que resumiese la historia de España, yo creo que la mejor sería Toledo por su condición de «Urbs regia» del Reino Godo, por el sentido de su Catedral Primado y Arzobispo Primado, etc. En resumen, es una ciudad que recoge, de alguna manera, el mismo simbolismo de lo que significa Jerusalén o Roma, y esto no es algo que nos hayamos inventado nosotros, sino que siglos atrás ya se consideraba a Toledo en ese sentido.
Podemos remontar el poblamiento en Toledo desde el Paleolítico, de la ciudad carpetana primero y del Toletum romano después y ver cómo la historia de la ciudad ha transcurrido paralela y por los mismos cauces que la historia española y europea. De una historia tan prolongada en el tiempo ¿cuál sería la época histórica en la que Toledo brilló con más intensidad? ¿Cuál sería el acontecimiento histórico que resaltarías por su trascendencia o simbolismo?
Es difícil quedarse con un único episodio, pero como he dicho en infinidad de entrevistas creo que lo que marca y lo que define a Toledo es el hecho de haber sido la «Urbs regia», la capital del Reino Visigodo. Sin eso, todo lo que vino después no sería igual, no sería lo que ha sido ni lo que es. Estaríamos ante una ciudad más del centro-sur de Castilla. Sin embargo, y con todo el respeto y el cariño, si Toledo no es una ciudad más es porque tuvo un momento con una trascendencia y un valor simbólico total, absoluto y rotundo y ese momento es la época de Leovigildo, Recadero, Sisebuto, Suintila, Recesvinto, Wamba, etc., amén de los grandes arzobispos de Toledo como San Ildefonso o San Julián, y de la celebración de los grandes concilios. Este momento es clave porque, y de nuevo insisto, marca, define, sentencia de alguna manera lo que ha sido y lo que es Toledo. Posteriormente, todo ese legado se recogió y desarrolló a lo largo de los siglos.
¿Es el Reino Visigodo de Toledo un periodo clave tanto en la historia de la ciudad como en la formación de la futura España? ¿Por qué la eligieron como su capital?
Siempre hemos defendido que el Reino Visigodo de Toledo es el germen de España. Hay que entenderlo haciendo una comparativa más clara con la vida de una persona: no son iguales Daniel o Federico con cinco años de edad que con cuarenta, no obstante, siguen siendo Daniel y Federico tanco con cinco como con cuarenta años. Evidentemente tiene que haber un punto de partida, una referencia inicial, un zócalo ― llámalo como quieras―. De esta manera y a través de una profunda herencia romana, el marco identitario, ideológico y esencialista sería el Reino Visigodo de Toledo. Por algo es el referente de la reconquista. Lo que marca la reconquista o la restauración (según el término que queramos utilizar porque no vamos a discutir en eso) es ese Reino Visigodo de Toledo. Asimismo, no hay que olvidar, por un lado, que ya había una clara identificación entre «Regnum Gothorum» y «Regnum Hispaniae», y por otro, las palabras de San Isidoro de Sevilla en la «Alabanza de España».
La elección de Toledo como capital fue bastante lógica. Hay que tener en cuenta que se encuentra en el centro de la península Ibérica, que Toletum resistió muy bien la crisis del Bajo Imperio, que disponía del río Tajo, y que seguramente su aristocracia no puso trabas a que la ciudad fuera la «Urbs regia». En definitiva, creo que Toledo tenía los ingredientes ideales para ser la capital del gran reino que, a partir de Leovigildo, comenzó a diseñarse.
La historia de los godos en la península Ibérica es larga y está llena de momentos relevantes que hicieron destacar su reino, en diferentes aspectos, muy por encima de sus contemporáneos europeos ¿Cuáles serían, culturalmente hablando, los hitos más destacables de la época visigoda?
Son muchísimos aunque pueden resumirse en un gran personaje como San Isidoro de Sevilla, el gran faro intelectual del Occidente europeo. Fue un personaje de referencia total y absoluta. Ahí están sus obras ¿Qué decir de las “Etimologías», de las “Sentencias”, de la “Historia Gothorum”, etc.? Es un personaje con un alcance cultural abrumador, que si estuviese vinculado a la historia de otros países europeos seguramente habría sido objeto de series de televisión, películas, etc. Pero es que no solo fue él, también debemos hablar de su hermano San Leandro o de los mencionados prelados toledanos San Ildefonso y San Julián. Todos vinculados al ámbito religioso pero de gran importancia cultural, aunque también tenemos reyes de un elevado nivel intelectual como Sisebuto. Si pasamos al campo arquitectónico, nos legaron iglesias como Santa María de Melque, San Pedro de la Mata, Santa Comba de Bande, Quintanilla de las Viñas, San Juan de Baños, San Pedro de la Nave, etc. Otro aspecto a destacar es la orfebrería con sus magníficas fíbulas aquilifornes o el Tesoro de Guarrazar un conjunto tan abrumador que con solo verlo sufres el síndrome de Stendhal. Su legado es mucho más importante de lo que parece, no en vano, no podemos olvidar su profunda huella en el arte asturiano. Todo esto hace de la cultura visigoda y su legado algo muy valioso y muy a tener en cuenta.
Eres un reconocido divulgador y experto en «nuestros bárbaros», me refiero a visigodos, suevos, alanos y vándalos. Todos ellos marcharon por nuestros caminos y dejaron una impronta que tú te esfuerzas en darnos a conocer. ¿Por qué es tan importante que sepamos más sobre estos pueblos? ¿Cuál fue su trascendencia en la historia de España?
Gracias por esas palabras aunque la verdad es que no me considero experto de nada, ni siquiera un reconocido divulgador, simplemente un humilde y apasionado estudioso de esta época tan fascinante como es la Antigüedad Tardía y el inicio de la Alta Edad Media y, en verdad, de la historia en general. Es importante saber más sobre estos pueblos porque nos encontramos en un momento de suma trascendencia para la historia de España y la historia de Europa. Mucho de lo que aconteció a lo largo de la Edad Media, viene de este periodo clave y determinante que va aparejado a lo que fue la caída del Imperio Romano de Occidente. A veces he detectado cierto prejuicio sobre esta fase histórica, cuando estamos ante una época muy divertida y entretenida. Es más, me atrevería a decir que nos permite conocer mucho de lo que es hoy en día Europa, ya que muchas de las naciones actuales tienen su referente y su realidad histórico-legendaria, simbólico-patriótica, o como le queramos llamar, en estos siglos. En resumen, es un momento histórico clave que merece ser estudiado, conocido y divulgado, puesto que, además, tiene todos los alicientes para disfrutar como lo haríamos con una serie de televisión tipo ficción medieval.
En diferentes etapas de su historia como la fase musulmana o ya durante el siglo XVI con la rebelión comunera, Toledo se muestra rebelde frente al poder central y poco después como un orgulloso símbolo de ese poder ¿Hay una cierta dualidad en el carácter de la ciudad?
Yo creo que Toledo, como bien has mencionado en la pregunta, tiene un fuerte carácter rebelde, véase su constante rebelión frente al poder de Córdoba en época musulmana o por el hecho de ser el origen y el epílogo de la rebelión comunera en el siglo XVI. No obstante, también está su orgullo de ciudad vinculada al poder real y con un vínculo muy sólido con la monarquía. En resumen, encajan en ella perfectamente esas dos características: su carácter rebelde y su profundo orgullo por ser capital real junto con la fuerte unión con la monarquía.
El pasado juega en el presente y en el futuro de Toledo un papel fundamental. El turismo cultural es un factor de desarrollo del que muchas ciudades en España como la misma Toledo, Segovia, Burgos, Cartagena, Mérida, Sevilla, etc. se benefician ¿Divulgar nuestra historia, gastar en restaurar y conservar nuestro patrimonio es invertir en nuestro futuro?
Por supuesto, la historia no solo es un valor de pasado, sino un valor de presente y futuro. Prefiero no hablar de gastar en patrimonio histórico, sino mejor de invertir en la historia y en todo lo vinculado a ella. En España en general y en muchas ciudades en particular, tenemos un patrimonio histórico-artístico brutal y tenemos que, de alguna manera, favorecer el desarrollo cultural. La historia no sólo es un mecanismo para conocernos mejor a nosotros mismos, sino para conocer nuestras raíces y esencias, para formarnos incluso mejor como personas, a la par que también funciona como motor de desarrollo económico. Todo lo que sea trabajar por nuestra historia, por la conservación y la restauración de nuestro patrimonio y, sobre todo, por la divulgación, debe ser bienvenido. ¡Bendito sea y mucho más!
¿Aparte de la época visigoda, que otros periodos resaltarías de la historia de Toledo?
Hay otros dos momentos muy importantes para la historia de Toledo, además de muy especiales tal y como se recoge en el libro. Uno de ellos lo hemos denominado directamente «La ciudad sagrada». Es un momento en el que consolida ese concepto en la ciudad. Es un periodo que va desde la reconquista de Toledo por parte de Alfonso VI hasta la muerte de Alfonso X el Sabio (rey toledano, por cierto). Como vemos, son casi 200 años, desde el 1085 al 1284. Un periodo en el que se incluyen Alfonso VI, Urraca I, el Cid, Álvar Fáñez o Alfonso VII el Emperador ―primer rey cristiano que se entierra en Toledo tras los reyes godos―. De hecho, el entierro de este rey-emperador y de su hijo Sancho III el Deseado en la Catedral tuvo una enorme carga simbólica. Asimismo, en esta etapa igualmente nos encontramos con Alfonso VIII, el arzobispo de Toledo Rodrigo Jiménez de Rada, Fernando III el Santo y Alfonso X el Sabio. Una etapa en la que se desarrolla la Escuela de Traductores, la coexistencia de cristianos, judíos y musulmanes, la batalla de las Navas de Tolosa, en definitiva, una etapa clave para Toledo y para el papel que juega la ciudad en la historia de España.
El otro periodo nos llevaría al siglo XV, el cual ocupa otro capítulo del libro titulado en este caso «Rebelión, imperio y orgullo». Una centuria que arranca con la muerte de Isabel la Católica, con lo que conlleva la muerte de la reina más querida en Castilla y la mujer más importante de la historia de España y una de las más determinantes en la historia del mundo, con Fernando el Católico, Felipe el Hermoso, Juana la Loca y la inmensa figura del cardenal Cisneros, un personaje absolutamente espectacular. Prosigue con la considerada última revuelta medieval y primera revolución moderna, la Guerra de las Comunidades con personajes como Juan de Padilla y María Pacheco, para dar paso a Carlos V y la instalación en Toledo de la corte imperial. Es de reseñar que el emperador recibió en el alcázar toledano a personajes como Hernán Cortés o Francisco Pizarro. Y, por último, es la época de Felipe II que supuso el traslado de la corte a Madrid en el año 1561 pero que también supuso un crecimiento brutal para la ciudad llegando a tener más de 50.000 habitantes. Esta última cuestión se debió a que, de alguna manera, todo el mundo quería pasar o ir a Toledo. De hecho, casi todos los grandes autores del Siglo de Oro pasan por la ciudad en un momento u otro. Tampoco hay que olvidar que estamos en un momento en el que arranca la Contrarreforma y Toledo, de mano de sus grandes arzobispos primados, fue una ciudad profundamente contrarreformista.
Gracias por tu tiempo Daniel ha sido un auténtico placer entrevistarte.
Para todos aquellos que tengáis curiosidad por leer las primeras páginas o queráis comprar «Toledo. Biografía de la ciudad sagrada» (editada por La Esfera de los Libros), os dejamos este enlace
Para todos aquellos que tengáis curiosidad por leer las primeras páginas o queráis comprar a»Toledo. Biografía de la ciudad sagrada» (editada por La Esfera de los Libros) os dejamos este enlace

Deja una respuesta