«Realmente es un reto hacer que la Historia o la cultura sean más atractivas para los jóvenes que ver un video de como pintarse las uñas, que puede alcanzar cifras de visionado de millones de personas.»

Una entrevista de Federico Romero Díaz para Divulgadores de la Historia
En esta ocasión tenemos la suerte de poder charlar con uno de los autores de novela histórica con más talento narrativo del panorama actual: Alberto Martínez Díaz.
Es licenciado en derecho e ingeniero civil. Ha desarrollado su trabajo como funcionario en la Administración General del Estado. En la actualidad se dedica a la divulgación histórica, administrando HA Historia y Arte, y dedicándose a escribir novelas históricas. Es el autor de tres grandes historias: “La máscara alana” que nos trasporta al Occidente del Imperio Romano en la transición del siglo IV al V; “La doncella en la nieve” que es un apasionante viaje por la Europa de finales del siglo XII y ahora por último “Eoniké y el último rey de Tart” que se retrotrae a la península ibérica en el año 500 a.C. Es además uno de los miembros más activos de Divulgadores de la Historia y participa activamente en la revista mensual DHistórica.
Muchas gracias Alberto por dedicarnos este tiempo de charla sobre lo que más amamos: la Historia. Me llama la atención lo muy documentadas que parecen tus novelas. Se nota en la ambientación, el contexto histórico, etc. en el que se desenvuelven tus personajes.
Muchas gracias, para mí es un honor y un placer esta entrevista. Lo cierto es que dedico casi más tiempo a la investigación histórica previa que al proceso de escribir la novela. A veces, del trabajo de investigación surge información que me hace cambiar parte de la trama o algunas ideas prefijadas.
¿Cómo afrontas la tarea previa de documentarte antes de comenzar a escribir la historia que nos quieres contar?
Lógicamente, antes de investigar ya tengo un guion previo de la novela. A partir de ahí, la primera fase de investigación se centra en el marco espacio-temporal en el que se desarrollan los acontecimientos con carácter general, utilizando las fuentes clásicas escritas, la epigrafía y los hallazgos arqueológicos sobre la materia, además de toda la bibliografía actual que pueda encontrar sobre el tema. Posteriormente, la investigación se hace más concreta, ajustándose a hechos específicos que suceden en la novela, sobre todo evitando los anacronismos. Pondré un ejemplo: en mi último libro suceden acontecimientos importantes en una sauna ritual. Por extraño que pueda parecer, esas saunas existían en esa época y la descripción se ajusta a las evidencias arqueológicas de las mismas. También suelo prestar especial atención a los nombres de los personajes, en su mayor parte son nombres reales de la época y de la etnia o cultura que representan que han llegado hasta nosotros a través de fuentes epigráficas.
¿En qué medida, como escritor y divulgador que eres, piensas que deben mezclarse en la novela histórica la diversión y la realidad histórica más rigurosa?
La pregunta es muy interesante y daría para un auténtico coloquio que no es posible en esta entrevista por razones de espacio. Personalmente, creo que cuando haces divulgación histórica debes someterte a unas estrictas reglas, que aunque no son tan severas como en la publicación académica, al menos deben contemplar la rigurosidad en la información y la cita de fuentes empleadas. La novela, sea histórica o no, es el género narrativo de ficción por excelencia, en el que caben algunas licencias creativas por parte del autor que pueden hacer más atractivo el relato, primando la diversión y el entretenimiento. El problema empieza cuando mezclas personajes reales con personajes de ficción en una trama inventada, algo que caracteriza a la novela histórica por definición. Creo que es algo con lo que hay que tener mucho cuidado. Te pondré un ejemplo: ¿Cuál es la personalidad de César deducida de las numerosas novelas que se han escrito sobre él? Muchas personas piensan al leer una novela que lo que le han contado ocurrió así. Naturalmente, si el novelista es riguroso con la documentación que maneja, entiendo que además de entretener, la novela puede ser coadyuvante a la hora de entender una época o unos acontecimientos, pero para mí no sería divulgación histórica en sentido estricto. Soy consciente que en este sentido voy contracorriente.
¿Crees que es importante ponérselo fácil al lector mediante mapas, glosarios, introducción a la época en la que se desarrolla la novela, etc?
El lector medio no tiene por qué saber dónde estaba la Dacia o Illyricum. Además, a veces es necesario emplear palabras en su idioma original cuando su traducción a un término moderno puede dar lugar a confusión. Tanto la azagaya como el pilum pueden traducirse como lanzas, pero no sería muy acertada la utilización del término moderno en algunos contextos, de ahí la importancia de incluir glosarios y mapas en la novela histórica. Aunque estrictamente no son necesarios, estos anexos ayudan a comprender mejor los acontecimientos que se narran y al tratarse de datos objetivos, sí que pueden considerarse divulgación histórica.
«La divulgación histórica académica en medios especializados goza de muy buena salud en España, con grandes profesionales. Lamentablemente, no puedo decir lo mismo de la publicación en internet a través de páginas web, videos, podcast o redes sociales. Impera el cortoplacismo, la falta de escrúpulos, sobre todo a través del plagio o la utilización de recursos con copyright»
Tus novelas son mucho más que simples novelas históricas, lo son también de aventuras, de amor, etc. ¿En qué proporción es conveniente mezclar estos géneros en una novela histórica?
El amor, la venganza, la traición son pasiones connaturales al ser humano en cualquier época de la Historia. En ese sentido, no creo que mis novelas sean una mezcla de subgéneros narrativos, sino más bien un reflejo de las pulsiones que han modelado el devenir de numerosas civilizaciones y que tan poco han cambiado a lo largo de los siglos. El poema épico europeo más antiguo, la Ilíada, trata de los últimos días de la guerra de Troya, pero lo que lo hace insuperable es el tratamiento del honor, la amistad, la venganza, etc. Algo que sigue interesando hoy en día. Opino sinceramente que si solo quieres escribir sobre una determinada batalla o un personaje histórico concreto, hay géneros literarios más adecuados para ello, como por ejemplo el ensayo.
Tu última novela “Eoniké y el último rey de Tart” nos transporta al año 500 a.C. En ella, una princesa de los vetones y el tartesio Norax luchan por su amor y sus vidas en esa Hispania prerromana convulsa y en transformación ¿Por qué después de visitar la Edad media y la Tardo-antigüedad has elegido ese momento histórico para enmarcar tu nueva novela?
Las tres novelas tienen dos puntos en común: parcialmente, algunos acontecimientos que se narran transcurren en la provincia de Cáceres en diferentes épocas. Por otra parte, he elegido momentos históricos de transición poco conocidos para el gran público.
¿Los bárbaros invadieron Hispania o fueron invitados a entrar? (La máscara alana)
Hay muchas novelas sobre la batalla de las Navas de Tolosa que marcó el principio del fin de la dominación musulmana en la Península. Pero, ¿cuáles fueron los acontecimientos previos que cambiaron el rumbo de la Historia y que precipitaron la unión de los reinos cristianos—enemigos acérrimos entre sí—frente a los musulmanes? ¿A la luz de los datos históricos, Ricardo corazón de león era un héroe o un villano? (La doncella en la nieve)
¿Qué sabemos realmente del fin de la civilización de Tartessos? (Eoniké y el último rey de Tart)
Obviamente, estas épocas confusas son todo un reto para un escritor.
Como miembro de Divulgadores de la Historia, novelista y administrador de HA Historia y Arte, ¿cuál es tu visión del panorama divulgativo en España. ¿Cuáles son sus fuertes y que problemas ves en su horizonte?
La divulgación histórica académica en medios especializados goza de muy buena salud en España, con grandes profesionales. Lamentablemente, no puedo decir lo mismo de la publicación en internet a través de páginas web, videos, podcast o redes sociales. Impera el cortoplacismo, la falta de escrúpulos, sobre todo a través del plagio o la utilización de recursos con copyright. En esa jungla naturalmente encuentras cosas de gran calidad y un buen ejemplo son los profesionales que componen el grupo de Divulgadores de la Historia o la revista gratuita DHISTORICA. Realmente es un reto hacer que la Historia o la cultura sean más atractivas para los jóvenes que ver un video de como pintarse las uñas, que puede alcanzar cifras de visionado de millones de personas.
Y tras la publicación de tu última novela, ¿Cuáles son tus próximos proyectos?
Con la novela recién terminada, ahora necesito un cierto descanso, aunque seguiré con la divulgación en mi página web HAhistoriayarte y la colaboración con otros compañeros. A medio plazo supongo que retomaré algunos proyectos que ya tengo en marcha, como por ejemplo “las brumas del sueño” continuación de “la máscara alana” cuyo contenido tengo muy avanzado (portada incluida) y la continuación de “Eoniké y el último rey de Tart”, “Los caballos del mar” de la cual tengo escritos varios capítulos. A corto plazo mi mujer y yo vamos a publicar un cuento infantil de la que ella es autora y en el que yo aporto las ilustraciones.
Veo que son muchos los proyectos a afrontar, te deseamos toda la fortuna del mundo compañero. Muchas gracias por tu tiempo.
Os dejamos este enlace por si queréis haceros con la novela

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